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Falleció el miércoles 23 de marzo de 2011 en el hospital Cedars-Sinai Medical Center, donde era tratada por síntomas de insuficiencia cardiaca congestiva. Estuvo ingresada dos meses y medio y, a pesar de que evolucionaba favorablemente, finalmente murió mientras dormía.
Hollywood pierde a Elizabeth Taylor
La británica Elizabeth Taylor es, junto a Ava Gardner, Audrey Hepburn o Lauren Bacall, una de las grandes damas de la historia del cine. El auge de su carrera coincidió con la explosión del cine de los grandes estudios. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta fue cuando la actriz consolidó su título de gran estrella del cine
Elizabeth Taylor fue cinco veces candidata al Oscar,premio que obtuvo por '¿Quién teme a Virginia Woolf?' (1960) y 'Una mujer marcada' (1966) y en 1993, como reconocimiento a su labor humanitaria.
En 1951, el público descubrió a una joven Elizabeth Taylor gracias al desatado melodrama de George Stevens 'Un lugar en el sol', en el que compartía cartel con Montgomery Clift, otra estrella emergente de la época. Con el galán de moda de Hollywood volvería a coincidir en 'El arbol de la vida (1957) y en 'De repente, el último verano' (1959).
Estas tres película del dúo Taylor-Clift les sirvieron a ambos para consolidar una exitosa carrera. La actriz siempre supo elegir bien a sus compañeros masculinos,como demostró en 'Ivanhoe' (1952), una de sus excasas aproximaciones al género de aventuras, en la que compartió cartel con Robert Taylor y George Sanders.
En 1956, protagonizó 'Gigante' junto a Rock Hudson y a James Dean, el que sería el último papel de la joven estrella antes de morir en un accidente de coche.
Su reconocimiento llegó con 'La gata sobre el tejado de zinc', la adaptación de la obra de Tenesse Williams que Richard Brooks llevó a la gran pantalla en 1958.
Elizabeth Taylor interpretaba a la mujer de un jugador de fútbol americano retirado (Paul Newman) en un drama que reveló su explosivo potencial sexual y también su gran talento. Las escenas de Newman y Taylor en este film forman ya parte de la historia del séptimo arte.
En 1963, su vida dio un giro radical Joseph L. Mankiewicz la escogió para interpretar el papel protagonista de la superproducción 'Cleopatra', uno de los filmes más caros de la historia. Durante la preparación de la película conoció a Richard Burton. Ambos estaban casados, pero comenzaron un romance que desembocó pronto en boda, luego en divorcio y acabaría en una segunda boda.
Antes de acabar la década, la actriz entregó dos de sus interpretaciones más celebradas de la mano de John Huston y junto a Marlon Brando, en 'Reflejos en un ojo dorado' (1967); y en 'La mujer maldita' (1968), que dirigió Joseph Losey y en la que compartió protagonismo con Richard Burton, justo antes de que matrimonio fracasara.
En las siguientes décadas, ya alejada del cine y de los focos de la fama, Taylor se dedicó a aparecer en series televisivas de gran éxito como 'Hospital general' o 'Norte y Sur'. Su último trabajo en cine fue en 'Los picapiedra', donde ejercía de suegra de Pedro y que le sirvió para despedirse del cine. Un arte que le debe mucho a su gran talento.
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